lunes, 27 de enero de 2014

Si la ley dificulta la vigencia política, peor para la ley

Hermógenes Pérez de Arce

Doy a conocer el siguiente texto legal como una curiosidad, pues, pese a estar plenamente vigente, como tantos otros similares, no se aplica en nuestro país. Dice el artículo sexto de la Ley de Seguridad del Estado en su letra c) que castiga con pena de presidio a:

”c) Los que inciten, promuevan o fomenten, o de hecho y por cualquier medio destruyan, inutilicen, paralicen, interrumpan o dañen las instalaciones, los medios o elementos empleados para el funcionamiento de servicios públicos o de utilidad pública o de actividades industriales, mineras, agrícolas, comerciales, de comunicación, de transporte o de distribución, y los que, en la misma forma, impidan o dificulten el libre acceso a dichas instalaciones, medios o elementos”.

Casi todas esas actividades delictivas han sido perpetradas impunemente en terminales portuarios chilenos durante casi un mes ¿y sabe usted la penalidad que han sufrido los que han incurrido en esos delitos? Yo le voy a decir: les han dado un millón y medio de pesos a cada uno por dejar de cometerlos y volver a cumplir sus tareas; les han prometido impunidad total, aunque hayan incurrido en otros delitos violentos, además de los de la letra c); van a reintegrar en sus trabajos a todos los que, en forma perfectamente justificada y ejemplarizadora, habían sido desvinculados de ellos por sus empresas por no presentarse a cumplirlos; y, en fin, (lea atentamente esto, señor Moya, porque lo va a pagar usted) el gobierno va a compensar pecuniariamente a cada huelguista ilegal por media hora de colación diaria que no le otorgaron (ni tenían legalmente que darle) entre 2005 y 2014, lo que representará un millonario desembolso fiscal, pues en muchos casos alcanzará hasta cuatro millones de pesos por persona.

“El hombre de las mil y una triquiñuelas para remontar en las encuestas” ha hecho “pasar colado” este escandaloso desenlace aprovechando la atención que ha suscitado el futuro gabinete del desgobierno que lo sucederá, gabinete que, igual que el actual, no tiene la menor importancia porque todos estamos ciertos de que no va a resolver nada por sí mismo, sino que va a bailar al son que le señale “la calle”, ente que es el que realmente gobierna al país desde hace años y del cual es, precisamente, una manifestación más el paro portuario cuyo término usted va a posibilitar mediante sus impuestos.

Junto al nuevo gabinete, el Fallo de La Haya también ha posibilitado que usted no se dé cuenta de cómo lo han pasado una vez más por el aro. Fallo de La Haya que le ha permitido al Primer Protagonista de la República repetir una y otra vez una inepcia derrotista con expresión triunfal, pues ha dicho que al gobierno de Chile sólo le va a corresponder “implementar el fallo”, lo cual es completamente contradictorio con su propia y muy reiterada afirmación de que Chile tiene toda la razón legal en el litigio y de que su gobierno está confiado en que se respeten sus derechos. Pues si se respetaren los derechos de Chile, la situación limítrofe debería continuar siendo la que ha sido siempre y, por tanto, no habría nada qué implementar en la frontera. Pero todos sabemos que si una cosa no cabe esperar del actual des-gobernante, a estas alturas de su período, es que no se contradiga.

Yo creo que el estado de la nación en este tránsito de un des-gobierno al siguiente está muy bien reflejado en lo que sucede crónicamente en un elegante, céntrico y público parque de nuestra capital a partir del atardecer, donde se reúnen numerosas parejas hétero, homo y bisexuales y, a vista y paciencia del desesperado vecindario (solía ser uno de los barrios distinguidos de la capital), practican el sexo grupal y binario con entera confianza de que nadie interferirá en su actividad, que muchos años atrás, cuando hubo por algo más de década y media un verdadero gobierno en Chile, era considerada ofensiva para “la moral y las buenas costumbres”, entelequia que a lo largo de los siglos ha sido por completo desterrada del modo de vida de ciudades como Sodoma, Gomorra y Santiago de Chile, con las consecuencias que conocidos textos de universal lectura han dado a conocer en los dos primeros casos y cabe esperar que tarde o temprano se reediten en el tercero.

8 comentarios:

  1. Tenía pensado escribir sobre esto mismo. Me alegro que lo haga Hermógenes.

    El caso es que, aparte de las infracciones impunes a la ley, ha habido un daño significativo a quienes trabajan con responsabilidad y honestidad.

    Y todo este daño, que en la práctica condona y premia ilegítimamente la ilegalidad, ha sido propinado por la sola y patética pretensión de Sebastián Piñera de cuidar su popularidad con miras al 2018.

    Creo que para la derecha este hecho su suma a una serie de malas decisiones cuyo efecto es, precisamente, todo lo contrario a volver a apoyar a una persona tan extremadamente codiciosa.

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  2. Es curioso darnos cuenta de que está en nuestra idiosincrasia lo de "hecha la ley, hecha la trampa".

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    1. En materia de trampas y engaños, Piñera es un campeón.

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  3. Piñera solo representa el carácter de gran parte de este país y sus habitantes, donde sacar la vuelta, hacer la trampita y pasar colado es parte del buen hacer del shileno. Ojalá que el 2018, cuando quiera hacer su pasada, le den con la puerta en la nariz. Que pague la cuenta del La Haya (aunque económicamente la pérdida no sea muy grande), ya que la sra. que nos llevó allá se salió con la suya.

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    1. Rolando, es cierto lo que dices respecto del carácter imperante en el país, cuestión que con el estilo de gestión de gobierno iniciado en los 90 y continuado hasta hoy no hace sino eternizarse.

      En cuanto a La Haya, en mi opinión —grande o pequeña— la porción de mar territorial bajo actual dominio de Chile traspasado a Perú es un grave daño. Lo explicaré en el próximo post.

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  4. Esa foto que pusiste es una vergüenza. No había visto los titulares por los medios digitales o escritos.El ministro es un estúpido. Y dale con el cuento de hablar de 'actores sociales'.
    Como diría nuestro amigo Francisco Salinas en su blog a propósito del paro portuario y la posterior compensación: "Premiando la violencia".

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    1. En realidad, creo que este gallo nos va a hacer pasar vergüenza hasta el último día de su condenado gobierno.

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  5. Que pasen rápido los días, no porque crea que lo que viene es mejor, sino porque ya se me hace insoportable verlo y oírlo, pontificando de cuanta lesera se le da la oportunidad de hablar.

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