miércoles, 14 de agosto de 2013

Para impedir la vuelta de los bárbaros, cooperemos todos.

Desde Hernán Büchi, a finales de los 80, que en la centro-derecha no surgía un candidato con arraigo masivo. Lo de Büchi duró lo de una flor de cactus cuando rechazó ser Presidente de Chile por un problema de "contradicción vital". Eso colaboró al reforzamiento de la coalición UP/DC (entonces oficialmente operada del PC, pero en completo y funcional acuerdo secreto con el castrismo) que finalmente se hizo del poder en 1990.

Pasados más de veinte años, luego de negociaciones, codazos y patadas que desembocaron en la carencia de un líder aceptado por todos, surgió en la centro derecha el nombre de Evelyn Matthei.

Me tocó presenciar la creciente mención de su nombre en la red Twitter, hecho que fue consignado en el diario La Tercera con un gráfico en que figuraba varios cuerpos más arriba que los de los demás líderes del sector. Las menciones continuaron creciendo, los demás diarios reportaron el fenómeno y los líderes de la UDI resolvieron sin más designarla en reemplazo de Pablo Longueira, retirado por enfermedad. Todos saben que la cúpula de RN, el otro partido grande del sector, aceptó a regañadientes apoyar a Evelyn, pero una cuestión elemental de supervivencia política les convenció de que pese a llevar la etiqueta de la UDI, la candidata acarrea un respaldo popular de magnitud tal que enfrentarla podría traerles graves consecuencias.

En días pasados ya publiqué mis razones para apoyar a Matthei, que creo son las mismas que ve la mayoría de la gente: personalidad para enfrentar a la UP/DC, en contraste con el discurso mojigato y pasado por agua de los demás líderes. No comparto las nociones reivindicacionistas de la candidata (comunes a casi toda la plana política) porque en la práctica le da un crédito inmerecido a la postura centro izquierdista y demuestra debilidad ideológica del acervo propio de la centro derecha, significativamente más rico y atractivo que el de prometer prebendas.

Sin embargo, es lo que hay. Y, frente a la posibilidad de que vuelva la UP/DC a La Moneda y, encima de eso, a aumentar su presencia en el Congreso, espero que gane Evelyn.

¿Qué hay que temer de la vuelta de la UP/DC? Un daño irreversible a la institucionalidad democrática y al avance económico del país.

Los amarres a la institucionalidad y la penetración estratégica de los medios que dejaron antes de irse no sufrieron un ápice bajo este gobierno, por lo que a su eventual retorno irán derecho a incrementar ese bloqueo hasta un grado en que la alternancia democrática y el desafío a su hegemonía ideológica (exacerbada por la presión del castrismo desembozado) ya no tengan canales eficaces de expresión.

Esta la principal razón por la que apoyo la continuidad de la derecha. Tengo la esperanza de que un nuevo gobierno del sector debilite esos amarres y devuelva la salud institucional existente al inicio de los 90.

Es deseable que la claridad de esta amenaza se incorpore al discurso de la campaña, ojalá sumándose a las orientaciones que propuse el 31 de julio, dándoles espacio dentro de la chimuchina de ofertones "sociales" tan del gusto de los tibios líderes actuales en la derecha.

También es deseable que mejoren el manejo de los recursos mediáticos y de redes, de modo de hacerlos más eficaces para contrarrestar el formidable efecto de la TV y los principales diarios, en su mayoría volcados a reponer a la UP/DC en el poder.

Para ello a quienes rodean a Evelyn he ofrecido mi cooperación en algunos renglones de este quehacer, sobre todo viendo lo mal que ha partido la campaña en Twitter, donde las cuentas a nombre de la candidata surgen como hongos por todos lados, restando audiencia y seguidores.

A ver si me tiran pelota.

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