viernes, 8 de febrero de 2013

Los reclutas NO nos avergüenzan

Inquirida por periozurdos —que suelen explotar cualquier cuestión anti militar independiente de su contexto— la vocera de gobierno Cecilia Pérez se refirió al video que muestra a un grupo de reclutas de la Armada trotando por las calles de Viña, declarando: “Sin duda, son imágenes vergonzosas”.

Respondiendo al acoso, se extendió comunicando que a través del ministro de defensa subrogante se había dado 24 horas a la Armada para dar con “los responsables” de esto, que calificó como un atentado a la paz con los vecinos y como contrario a las buenas relaciones con ellos (puse el video al final de estas líneas).

El video que avergüenza a doña Cecilia muestra el típico canto de trote común a todo grupo militar, en todo el mundo. Que el cántico aluda a argentinos, peruanos y bolivianos refuerza la “moral de guerra” que todo chileno entiende como las hipótesis bélicas más probables. Es lo que hacen, pero con la temática anti chilena al otro lado de nuestra triple frontera en los tres países hermanos, todos los días.
Revista boliviana antichilena  2013-02-07 at 1.46.33 PM
Y tratándose de videos anti chilenos, en la Internet los hay del tipo tamaño y color que se pida, con exactamente los mismos protagonistas que alude el canto de trote que escandalizó a estas autoridades (que en esto de escandalizarse por cosas militares son calcadas de los cuatro gobiernos anteriores, confesadamente anti castrenses).

Por mi parte, yo también siento vergüenza, pero de las autoridades, no de los disciplinados y entonados reclutas. Su torpe reacción, gatillada por la ya añeja escandalera zurda, nos deja en ridículo e invita a que nuestros amables vecinos nos coscacheen a su sabor.

Claro, lo que para ellos es de común y normal ocurrencia entre sus militares, es presentado por nuestras propias autoridades como una falta imperdonable si los militares son chilenos. Y en la práctica nuestro gobierno les invita a exigirnos castigos y correcciones que ellos nunca han hecho ni harán con sus propios militares.

Tan descaminada es esta reacción que, para que adquiera una mínima lógica, el gobierno se obliga a denunciar como “vergonzoso” esto mismo cuando lo hacen nuestros vecinos.

Sería impresentable que a nuestro gobierno le moleste solamente los cantos de trote de nuestros militares y le parezca bien los cantos de trote de argentinos, peruanos y bolivianos (usualmente bastante más creativos, porque incluyen a las madres y mujeres de los chilenos).

Quizás si pasan por la humillación de que simplemente no les darán bolilla, lleguen a entender por qué los chilenos no sentimos vergüenza de estos inofensivos cantos (cuando más, aconsejar que no los entonen en zona turística) sino de la reacción de nuestro gobierno.

Esta fue la ridícula reacción de nuestro gobierno:


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