martes, 9 de agosto de 2011

¿Qué viene ahora? (2)

El TOCOPI (Todos contra Piñera) ha tenido éxito en hundir la imagen del gobierno en las encuestas, pero no ha podido evitar el efecto de succión que, estando bajos en confiabilidad como coalición (aún desde los años de la "popularísima" Bachelet), les ha dejado a punto de irse por el caño.

Como las abejas, que logran clavar su ponzoña pero habiendo dejado con ella sus entrañas perecen en pocos minutos, la Concertación ha quedado dañada de muerte, cuestión que se verá reflejada en el resultado de las elecciones venideras.

En efecto, el vasto y profundo ataque al gobierno ha sido tan frenético que no ha dado ocasión de esconder la mano de la poderosa coalición progresista, ocasionándole EN ESAS MISMAS ENCUESTAS un descrédito mucho mayor que el que afectó a la Democracia Cristiana luego de los 6 años de Frei Montalva... y capaz que mayor al de la Unidad Popular, la coalición castrista de Allende cuyos propios partidarios nunca se han atrevido a reponer tan nefando nombre.

Siendo que el actual gobierno no se ha empeñado en denunciar las responsabilidades corruptivas de sus predecesores y que, incluso, no ha perdido ocasión de mostrar consideración y reconocimiento a su gestión (contrariando con ello a sus propios adherentes), podrá parecer que la estrategia de la Concertación ha sido estúpida, que podría haber ganado mucho más con una conducta de rectitud y cooperación que probara su talante democrático y de respeto al veredicto popular.

Sin embargo, creo que en este asunto ha pesado gravemente la segura pérdida de credibilidad de lo que los líderes progresistas llaman "el relato", algo así como la justificación histórica de su irrupción en la vida política del país, un hermoso cuento que por carecer de veracidad no puede mantenerse vivo sin ser alimentado constantemente por un costoso aparato de propaganda, cuestión que —pese a que la orgánica que mantiene ese culto cuenta con fondos para más de un período de gobierno— sin la manija del poder perderá su efecto, tarde o temprano.

Sin el "relato" los progresistas quedan desprovistos de su "justificación histórica" y limitados a su oferta programática ideológica químicamente pura, mutilada del falso pero exitosamente instalado componente heroico de "luchadores por la democracia". Dicho en pocas palabras: vuelven a su realidad de representar la opción que fue derrotada ideológica y militarmente en Chile y, crecientemente, en todo el mundo.

Y no es que el actual gobierno rechace el tal "relato". Los derechistas son constantemente abofeteados por la inclusión en el discurso en la actual administración de expresiones como "desde la recuperación de la democracia" (aludiendo al período en que los actuales opositores asumieron el poder y no, como es la realidad, a la restauración institucional que está vigente desde diez años anteriores a esa fecha), con reconocimientos al "Presidente Allende" y otras muestras de haber "comprado" el tal "relato".

En consecuencia, la amenaza más seria la constituye un nuevo gobierno derechista que suceda a éste, que difícilmente seguirá las mismas aguas y frente al cual los progresistas se verán fatalmente disminuídos. Para entonces habrán perdido sus mayorías parlamentarias (obtenidas cohechando con los planes sociales), se habrán extinguido los fondos pasados a activistas y ONGs; se habrán cumplido los períodos en que designaron a su gente en las instituciones del aparato de justicia y contraloría, y —lo peor—se habrá robustecido la derecha en tal medida que en varios lustros difícilmente recuperarán el poder —o lo que quede de él, luego de que la acción derechista lo haya podado de atribuciones excesivas.

¿Qué hacer? Eso es lo que viene ahora.

En esta fase "hay" que presentar al actual gobierno como ilegítimo, como que no representa a la "ciudadanía", que estará volcada a las calles protestando por mil cosas. "Hay" que desacreditar la gestión gubernamental y exigir que las decisiones sean sometidas a plebiscito.

Siendo que el actual orden institucional no se presta para acoger ese peculiar modo de oponerse al gobierno, veremos que surge por todos lados la exigencia de una nueva constitución. Un nuevo poder constituyente. Una constitución nacida "del pueblo".

Un objetivo clave será instalar la idea de que el mero funcionamiento constitucional, con las actuales leyes electorales NO refleja las verdaderas mayorías y deja a "vastos sectores" sin representación parlamentaria. Que las autoridades y congresistas nacidos de esta Constitución "espuria" no son legítimos y que, incluso, se justificará levantarse en contra de ellos.

Con cierta torpeza, algunos líderes concertacionistas ya han mostrado el juego. Eduardo Frei declaró en Argentina que "Chile está al borde de la ingobernabilidad". Pero no es el único en ensayar el nuevo guión. Alejandro Navarro declara: "se agotó la constitución". Isabel Allende: "Propuesta del espacio prelegislativo no es incompatible con avanzar en cambios que permitan los plebiscitos y +pronto q' tarde Nueva Const.". Jaime Gajardo: "El gobierno tiene la solución al conflicto en sus manos: ¡Plebiscito ahora! Carolina Tohá: "Nuestro acuerdo en el PPD por impulsar una Nueva Constitución y las reformas políticas más urgentes" (con un enlace a documento). Guido Girardi: "Art. en mi web: Se entregan 100mil para plebiscitar decisión sobre Hidroaysén".

Funcional con este objetivo de deslegitimar las actuales y futuras autoridades, los concertados promoverán acusaciones constitucionales a destajo, movilizaciones violentas que ojalá produzcan víctimas que puedan presentar como "mártires de la represión en contra del pueblo". Obtendrán la expresión de apoyo por parte de las organizaciones internacionales que controlan (Amnesty Intl., Human Rights Watch, Corte Interamericana de Derechos Humanos, etc.). En general, impondrán un estado de turbulencia, agitación y desconcierto que coordinadamente amplificado por los activistas destacados en medios nacionales e internacionales instalen la percepción de que Chile está bajo la égida de un gobierno antidemocrático que arrasa con los derechos humanos.

En resumen, asistiremos al "desenmascaramiento" de un gobierno heredero putativo de la "dictadura", el gobierno de un continuador de Pinochet. Un gobierno frente al cual se justificará todo recurso en contra, toda ayuda internacional, toda denuncia y el bloqueo de toda posibilidad de que se "instale" en el poder otro continuador de la "dictadura".

Ni imaginarme cómo entenderá esto el actual Presidente, que muy equivocadamente pensó que poniendo distancia entre Pinochet y él alejaría este fantasma.

Pero ESTO es lo que viene ahora. Lo doy firmado.

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Columnas antecedentes de esta:

14 comentarios:

  1. Me gustaría recordarle algo don Ciro, algo que recordé hace poco, y quiero que todos lo recordemos. ¿Cuál fue la manifestación más numerosa desde 1990? no fueron los 10.000 del pasado Domingo o los 80.000 de hace unas semanas, o los que se junten hoy, dónde están aparte de estudiantes, los flojos de la ANEF, de Codelco y de las municipalidades progres, además de su dosis de funcionarios de ONGs.

    La manifestación más grande, pero a la vez más silenciosa y pacífica fue el 1.000.000 de personas por la muerte de MI General Pinochet, las que llegaron sin que les pagaran, sin que los acarrearan.

    No olvidemos eso.

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    1. También estuve ahí, vivo a un par pocas cuadras.

      En el camino, una humilde señora me preguntó ¿dónde queda la Escuela Militar?. Le di las indicaciones y no me atreví a proponerle que camináramos juntos, la dejé ir por delante para que no se amilanara. A medida que nos acercábamos, vi como muchas señoras que trabajan en el barrio llevaban el mismo destino.

      Fue emocionante comprobar la rectitud y grandeza de nuestra gente de toda condición. Ese día me sentí particularmente orgulloso de ser chileno.

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  2. Amigo, verdades más grandes que esa han sido ocultadas u horriblemente distorsionadas por el colosal aparato zurdo de propaganda.

    ¡Tenemos que despertar! No son las minorías vociferantes las que nos rodean, somos NOSOTROS los que los rodeamos a ellos y ya va siendo hora de hacer sentir nuestra voz.

    No necesitamos líderes tibios ni pusilánimes. También nosotros podemos actuar haciendo cada quien lo que pueda. Somos demamsiados como para que no tengamos éxito.

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  3. Ciro:
    Omites algo importante, que es la persona de Sebastián Piñera, quien ha contagiado con su 'piñerismo', a varios políticos de derecha. ¿Qué es el piñerismo? Ser más izquierdista que la propia izquierda. Además del hecho de que Piñera ha traicionado a su electorado. El gran problema del Gobierno es Piñera, si tuviésemos un sistema parlamentario al estilo inglés, Piñera hubiera renunciado y llamado a elecciones. Teiller dio en el clavo: es la ambigüedad.

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  4. Javier, mi tesis es que aún cuando Sebastián Piñera haya llegado a creer que siendo "más izquierdista que la propia izquierda" desarmará a la oposición, terminará (a tiempo, espero) dándose cuenta de que está equivocado.

    De hecho, él no es el primero en intentar "robarle los huevos al águila" esperando dejar sin recursos para alegar a los cabeza-caliente de la izquierda.

    Eduardo Frei Montalva creyó poder hacerlo y sólo consiguó desacreditar a la DC hasta el punto de dejarla a la cola de las preferencias ciudadanas en 1970.

    También acepto que esta visión tiñe la postura de varios en la actual cúpula de gobierno, que a estas alturas deben estarse preguntando si es atinado vestirse con ropajes ajenos cuando se tiene tan espléndidas vestiduras en el propio guardarropas.

    Quizás sea ingenuo por creer que la gente esperaba tener un gobierno de derechas que NO SE PARECIERA EN NADA a la demagógica y corrupta Concertación.

    Lo cual implicaba una actitud menos contemporizadora con ellos, con más denuncias de lo mal obrado en 20 años y un discurso más libertario, de denuncia del estado paternalista y de promoción de las capacidades individuales para autovalerse.

    Sé que la campaña iniciada el 17 de enero del 2010 no le ha dejado ni un solo día de respiro, pero me pareció pispar en Sebastián Piñera un rasgo de arrojo, de valor que no le arredrara frente a esta verdadera declaración de guerra.

    Pidamos a Dios por él.

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  5. Cualquiera hubiese sido el estilo del gobierno y quien sea que haya sido el presidente, el resultado habrá sido exactamente el mismo.
    La izquierda no soporta que haya un gobierno de derecha sin importar que haya sido elegido con todas las reglas de la democracia.
    Esta realidad se ilustra con la paradoja de que a pesar de que este gobierno ha sido incluso más "progre" que la propia concertación, ha enfrentado la oposición más feroz que se recuerde.
    El punto reside exclusivamente en el sólo hecho de que el gobierno es de derecha.
    Esto era perfectamente previsible y por lo tanto ha sido un grave error de la Alianza haber renunciado a sus principios creyendo ilusamente que así podía evitar lo inevitable.
    Las propias encuestas confirman lo dicho. Que sólo el 26% lo apoye, sólo puede significar que ha perdido apoyo en sus propias filas.

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  6. Vicente, ésa es exactamente la situación que he intentado describir.

    Si el gobierno hubiera arrastrado a tribunales a los corruptos, hubiera indultado a militares injustamente procesados, hubiera propuesto vender TVN junto con La Nación; hubiera denunciado el grado de penetración ideológica en los tribunales, la fiscalía, la defensoría, la contraloría; y, en fin, hubiera hecho evidente el sesgo en los medios ESTARÍA MUCHO MEJOR EN LAS ENCUESTAS.

    Acabo de enterarme del acto de compunción de Rodrigo Hinzpeter frente a los corruptos de la DC y creo que esa persona y varios en el gobierno están a años luz de entender esto.

    Estoy pensado en que debemos organizarnos para terminar con esta vergüenza.

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  7. Su última frase me gustó y cada vez la veo más seguido.

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  8. Aquí se ha dado dos cosas:
    Una, es el gobierno débil y con ideas ajenas.
    Dos, la otra es que leyendo una carta de Pilar Molina y la columna de Marcelo Brunet, es que en ambas intervenciones sacan a relucir que la izquierda no se ha renovado. Ponían el ejemplo de Lagos. Me acordé que escuchando a Fernando Villegas hace tiempo, dijo que el test de blancura de la izquierda se iba dar, cuando estuviesen en la oposición. Lo que ha sido cierto. La Concertación volvió a las viejas artimañas de la vieja democracia, que colapso.

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  9. Dos de nuestras más grandes desgracias son:

    Que los menos respetuosos de la democracia son los que han conseguido rotularse como los únicos democráticos, y

    Que los menos respetuosos de los derechos del individuo han conseguido rotularse como los campeones de los derechos humanos.

    Quizás conviene agregar una tercera:

    Que eso lo han hecho con la torpe cooperación de líderes probadamente democráticos y probadamente respetuosos de los derechos de la persona.

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  10. Gracias, Sergio.

    Quizás debamos agregar que nuestro actual gobierno parece reconocer filas en el tercer grupo.

    :)

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